La aceituna recién cosechada, se lleva a la almazara diariamente, donde se limpia de impurezas.
Después comienza en sí el proceso de “MOLTURACIÓN”, significa básicamente “moler” o “triturar” la aceituna para extraer de ellas el aceite, que se hace mediante molinos a base de martillos.
Aquí es donde se tritura la aceituna en el molino y se rompe su estructura de la que se desprenderá su aceite. La masa obtenida pasa a los batidores donde unas aspas sinfín rotan durante 20 minutos para homogeneizar la pasta y unir las moléculas del aceite.
Esta batidora está controlada por agua, añadida de forma inteligente para controlar la temperatura y facilitar la extracción del aceite. Este proceso se realiza a baja temperatura para garantizar la máxima calidad del AOVE obtenido, ya que se conservará mejor las propiedades organolépticas de la aceituna, aunque se obtendrá una menor cantidad de aceite.
Reduciendo la temperatura a menos de 27º se consigue el aceite de oliva virgen extra de extracción en frío. Tras esta fase de batido, se aplica un CENTRIFUGADO que permite separar el aceite del agua y se realiza su DECANTACIÓN con el fin de eliminar la mayor cantidad de impurezas y sólidos, antes de ser introducido en depósitos de acero inoxidable esperando su envasado.
El aceite se debe conservar en lugar fresco y siempre protegido de la luz y del calor.